Solo en el azar hay alguna certeza posible.

Que nada es certero

miércoles, 17 de marzo de 2010

martes, 9 de marzo de 2010

Oiseaux tristes

Tintineando, una y otra vez. Las mismas ideas. Un pensamiento, un sentimiento. Como la tortura china que no para hasta agujerearte la cabeza. Lo insistente y lo enfermizo joden. Son como proyectiles, pequeños proyectiles de angustia. Mirar el reloj es doloroso, uno quiere terminar el momento. Finiquitar la sesión. Solo pocas cosas pueden regocijarte en un momento así. Solo pocas personas nos salvan de calvarios así. Hay luz al final de tu vientre, hay vida detrás de los laureles. Recomenzar, salir... rutina. Maravillosa y terrible rutina. Organiza los momentos de nuestra pena. Sueños disparatados y lagunas de conciencia, el tiempo genera pensamientos, pensar... Pensar es un arma de doble filo, es como jugar con fuego, un fuego que arde, hiela y destruye si no te cuidás. Me presiono, me oprimo, me olvido... Deseo ser, siempre deseo ser algo más. Pero no pienso que estoy en la senda de mis sueños. Agradezco tener valor y me repudio por ser cobarde. ¡Cuantos sentimientos encontrados! Sé que solo son momentos de turbulencia, segmentos de mis horas en las que no quisiera ser este armatoste de carne. Fragmentos de mis días donde solo me siento a esperar la hora de empezar otra vez y recomenzar el ciclo. El fin de mi cilindro de tabaco me provoca pánico. Obsesionado con el principio y el fin, con el aprovechamiento, con el tiempo que no para nunca. No dejar escapar el momento, extraer lo mejor de cada minuto. ¿Pero acaso sirve de algo? A veces pienso que soy intrascendente, otras que estoy por alcanzar mi sueño. Pienso, pienso, pienso. Tal vez debería dejar de pensar y solo ser, aunque sea por un rato.

http://www.youtube.com/watch?v=jDIAnwjFVVA