Una de las espinas que llevo clavada es no saber pintar ni dibujar, bueno, más bien debería decir que mis capacidades de dibujo nunca pudieron satisfacer mis exigencias artísticas. Tal vez debería haber intentado estudiar seriamente, pero eso es otra historia. Esa espina, me produce comezón, una comezón que viene a cuenta de algo muy importante, que es no poder plasmar las imágenes de mis sueños. Tantos torbellinos de colores y figuras que se pierden en el tiempo (Por no poder recordarlos). Y tantos huecos rellenados por la imaginación conciente que uno pierde las significaciones más valiosas. Durante un tiempo llevé un diario de mis sueños (Del cual mi psicóloga se hizo un festín). Útil pero no tanto como yo lo deseaba. Por otro lado, mi caligrafía (Y mi humor) de recién amanecido era mucho peor que la normal por lo que terminé por abandonarlo. Frente a este panorama, las pinturas de Dalí conformaron un escenario amigable para mí. Siempre fueron como una especie de inspiración/refugio, inspiración porque me llenan de ganas de crear y refugio porque en muchas ocasiones ante la gris escenografía de lo cotidiano, observar un ratito esos mundos menos absurdos que el nuestro me reconfortaba en una forma extraña... Siempre los sueños me dijeron muchas cosas sobre mí que no sabía, o que tal vez me negaba a percibir. O capaz que solo eran delirios estúpidos. De lo que sí estoy seguro es de que son entretenidos, y que me hacen temblar o caer de la cama de un salto. En fin, más tarde les traere algún relato para que husmeen un poco.
Sergei y Salvador
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Uno de los cuadros de Dalí: "El acto de dormir es una especie de monstruo sostenido por las muletas de la realidad".
ResponderEliminarDalí es un barco del que no te quieres bajar una vez que empiezas a navegar.
Dalí es arte.
Sonrisas,
Adonais.
http://www.laprincesadorada.blogspot.com/